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A review by gonza
La dependienta by Sayaka Murata
5.0
Me había olvidado de hacerle review, así que ya fue, la hago ahora.
El libro está buenísimo. Es de fácil lectura, y a pesar de que más de la mitad de la novela se siente como una introducción, es siempre interesante. Es uno de esos libros en donde la trama toma un plano secundario, y en donde estás más que nada conociendo el mundo del protagonista.
Adoro sentirme como un tarado, y este libro lo logró. La historia trata acerca de una persona y la discriminación que padece por ser "rara". Digo que me hizo sentir como un tarado, porque en muchas de las situaciones que aparecen en la novela, yo fácilmente podría ser parte del grupo de personas "normales" que buscan diagnosticar lo que le "ocurre" a la protagonista.
Durante la novela se habla de lo mucho que nos serviría tener un manual para la vida o algo parecido. Algo que te explique cómo se supone que tenes que actuar. Y bueno, no podría estar más de acuerdo.
En mi casa nunca faltan los problemas de plata, salud o laburo, y últimamente perdí las ganas de lidiar con todo eso. Me limité por un tiempo a ignorarlo todo, pero es siempre para peor. Durante el viaje a Bariloche no le mandé ni un mensaje a mis viejos por esto, y la pude pasar bomba gracias a eso, pero la vuelta me pegó como un balde de agua fría. Ellos me recibieron sin energías y con cara de culo, y al minuto de entrar en el auto ya estaba mi viejo quejándose de mi vieja por gastar su plata, y amenazándonos, como de costumbre, con volver a laburar en el canal para ser independiente de nuevo.
Algo de contexto: mi viejo laburaba en Telefe, donde su jefe lo vivía llamando recurso humano reemplazable, aún después de haber estado ahí durante más de 30 años. En pandemia, al ser él el único que no se había enfermado, tenía el laburo de (literalmente) todos sus compañeros. Esto, sumado a que la pandemia había también dejado a mi vieja sin laburo, le hizo mierda los niveles de estrés. Debido a esto, mi casa - o bue, la oficina en la que estábamos durmiendo en secreto - era siempre un quilombo, llena de discusiones infantiles y violencia innecesaria. Además de eso, mi viejo se había cagado la alimentación al volver tan tarde y cansado del laburo. Y bueno, para no hacerla muy larga, él terminó infartado, y necesitó de una operación de urgencia y 2 stent para sobrevivir. Si bien los del trabajo le dieron una licencia para que pueda recuperarse, seguían torturándolo con que volviera. Y ahora se la quitaron, por lo que quedó desempleado.
Estoy hablando un toque acerca de mi vida en esta review, porque ayer a la noche me llegó la noticia de que mi única abuela se cayó y se abrió la cabeza, y de que ahora está dormida, apunto de morirse. Y aún no sé cómo se supone que debería reaccionar. Al inicio no podía ni llorar. Era como si me hubiese pasado por encima un camión y no pudiese ni pensar. Me había sucedido algo similar cuando falleció Camilo, y aún sigo en bolas al respecto.
Siento que quedo muy tarado quejándome de lo difícil que es lidiar con la muerte de mi abuela. Hoy mismo mi viejo, tras verme mal por lo que le ocurrió a ella, me dijo, con el tacto que lo caracteriza a él y a mi vieja, que estoy muy en adolescente, y que tengo la cara toda pateada por los granitos. De hecho, fue lo mismo que me dijo cuando murió Camilo. Pero bueno, calculo que si hay un momento para estar en adolescente boludo es ahora. Así que bueno, voy a seguir hablando un toque de mi vida, así puedo contar quién es Ana, mi abuela de corazón, y cómo es que ella influyó positivamente una bocha en cómo soy ahora.
Me cuesta una banda recordar momentos feos. De vez en cuando lo hago, pero por lo general ni soy consciente de que viví muchos así. Muchos de ellos fueron con mi hermano. Él me lleva 6 años, tiene un temperamento violento y fue victima de bullying, por lo que siempre fue un re quilombo vivir con él. Cualquier cosa podía llevar a una pelea. Una vez le rompió una paleta de una piña a mi vieja, y en muchas otras, acabó con la policía interviniendo.
Lo que le ocurrió a mi abuela me hizo recordar de una en la que me sentí a salvo gracias a ella. En esa ocasión, había terminado en la calle tras escapar de mi hermano. Ya que él, debido a una discusión muy boluda, me había estado golpeando la cabeza contra el suelo hasta dejármela sangrando (por rasguños, nada grave).
En ese momento, la única persona en la que podía confiar - la única persona con la que me sentía seguro, era mi abuela. Ella era la que me mantenía cuerdo durante todos esos momentos, y la que me enseñó a no ser como el resto de mi familia. Ella no tenía nada que ver con mi familia - de hecho es tan solo una amiga de la familia que me cuidaba a veces de chiquito - por lo que siempre estaba por fuera de los problemas familiares.
Esa vez sabía muy bien que no podía llamar a la policía. Mis viejos me lo tenían terminalmente prohibido. Estaban muy asustados de que mi hermano caiga en cana, a pesar de lo que me hacía. Por lo que terminé yendo a la casa de mi abuela ese día, en donde ella me recibió, me hizo algo de comer, me dejó usar su baño para limpiarme la cara, y me dejó quedarme ahí hasta que me sintiera bien. La verdad es que en serio no podría estar más agradecido con ella por todo eso.
A Ana la dejé de ver una vez comencé el secundario, en parte porque no encontraba el momento, y en parte porque el ILSE me hacía mierda con los exámenes y las notas, por lo que no me daba la cara para ir a verla. Aunque fue en pandemia cuando verdaderamente la dejé de ver. Esos años fueron los peores de mi vida, ya que me sentía acorralado por todos mis problemas. Y no lo podía hablar con nadie por la vergüenza.
Bueno, me cansé de hablar. La idea era nomás contar lo que ocurrió esa vez que me escapé de casa y porqué es que quiero tanto a Ana, pero me voy mucho de las ramas. Creo que voy a finalizar nomás dando un pequeño pantallazo de cómo es el panorama actual.
Actualmente tengo casa, aunque esta sigue en construcción y no tiene, por ejemplo, ducha, por lo que todos los días tengo que ir al laburo de mi vieja a bañarme. Asimismo, mi hermano actualmente vive solo - desde hace un tiempo de hecho. Y los problemas más fuertes hoy en día son de salud, puesto que mis viejos viven estresados y están engordando un montón, y de plata, porque mi viejo quedó desempleado - como ya conté - porque mi vieja no está pudiendo laburar por la inflación, y porque a mi hermano le robaron 300 mil dolares (no suyos), y porque mis viejos asumieron la deuda, además de la culpa, por él. Por esto es que están viendo de vender sus propiedades, aunque tampoco están seguros todavía. Dicho esto, probablemente todo se resuelva bien y pronto, pero cansa una bocha vivirlo, y como dije, siento que me pasa todo por encima y ya no sé cómo se supone que debo reaccionar.
Gracias Ana por mantenerme cuerdo todo este tiempo, te adoro. <3
Ah y si estás leyendo esto Guille, te quiero una bocha también.
El libro está buenísimo. Es de fácil lectura, y a pesar de que más de la mitad de la novela se siente como una introducción, es siempre interesante. Es uno de esos libros en donde la trama toma un plano secundario, y en donde estás más que nada conociendo el mundo del protagonista.
Adoro sentirme como un tarado, y este libro lo logró. La historia trata acerca de una persona y la discriminación que padece por ser "rara". Digo que me hizo sentir como un tarado, porque en muchas de las situaciones que aparecen en la novela, yo fácilmente podría ser parte del grupo de personas "normales" que buscan diagnosticar lo que le "ocurre" a la protagonista.
Durante la novela se habla de lo mucho que nos serviría tener un manual para la vida o algo parecido. Algo que te explique cómo se supone que tenes que actuar. Y bueno, no podría estar más de acuerdo.
En mi casa nunca faltan los problemas de plata, salud o laburo, y últimamente perdí las ganas de lidiar con todo eso. Me limité por un tiempo a ignorarlo todo, pero es siempre para peor. Durante el viaje a Bariloche no le mandé ni un mensaje a mis viejos por esto, y la pude pasar bomba gracias a eso, pero la vuelta me pegó como un balde de agua fría. Ellos me recibieron sin energías y con cara de culo, y al minuto de entrar en el auto ya estaba mi viejo quejándose de mi vieja por gastar su plata, y amenazándonos, como de costumbre, con volver a laburar en el canal para ser independiente de nuevo.
Algo de contexto: mi viejo laburaba en Telefe, donde su jefe lo vivía llamando recurso humano reemplazable, aún después de haber estado ahí durante más de 30 años. En pandemia, al ser él el único que no se había enfermado, tenía el laburo de (literalmente) todos sus compañeros. Esto, sumado a que la pandemia había también dejado a mi vieja sin laburo, le hizo mierda los niveles de estrés. Debido a esto, mi casa - o bue, la oficina en la que estábamos durmiendo en secreto - era siempre un quilombo, llena de discusiones infantiles y violencia innecesaria. Además de eso, mi viejo se había cagado la alimentación al volver tan tarde y cansado del laburo. Y bueno, para no hacerla muy larga, él terminó infartado, y necesitó de una operación de urgencia y 2 stent para sobrevivir. Si bien los del trabajo le dieron una licencia para que pueda recuperarse, seguían torturándolo con que volviera. Y ahora se la quitaron, por lo que quedó desempleado.
Estoy hablando un toque acerca de mi vida en esta review, porque ayer a la noche me llegó la noticia de que mi única abuela se cayó y se abrió la cabeza, y de que ahora está dormida, apunto de morirse. Y aún no sé cómo se supone que debería reaccionar. Al inicio no podía ni llorar. Era como si me hubiese pasado por encima un camión y no pudiese ni pensar. Me había sucedido algo similar cuando falleció Camilo, y aún sigo en bolas al respecto.
Siento que quedo muy tarado quejándome de lo difícil que es lidiar con la muerte de mi abuela. Hoy mismo mi viejo, tras verme mal por lo que le ocurrió a ella, me dijo, con el tacto que lo caracteriza a él y a mi vieja, que estoy muy en adolescente, y que tengo la cara toda pateada por los granitos. De hecho, fue lo mismo que me dijo cuando murió Camilo. Pero bueno, calculo que si hay un momento para estar en adolescente boludo es ahora. Así que bueno, voy a seguir hablando un toque de mi vida, así puedo contar quién es Ana, mi abuela de corazón, y cómo es que ella influyó positivamente una bocha en cómo soy ahora.
Me cuesta una banda recordar momentos feos. De vez en cuando lo hago, pero por lo general ni soy consciente de que viví muchos así. Muchos de ellos fueron con mi hermano. Él me lleva 6 años, tiene un temperamento violento y fue victima de bullying, por lo que siempre fue un re quilombo vivir con él. Cualquier cosa podía llevar a una pelea. Una vez le rompió una paleta de una piña a mi vieja, y en muchas otras, acabó con la policía interviniendo.
Lo que le ocurrió a mi abuela me hizo recordar de una en la que me sentí a salvo gracias a ella. En esa ocasión, había terminado en la calle tras escapar de mi hermano. Ya que él, debido a una discusión muy boluda, me había estado golpeando la cabeza contra el suelo hasta dejármela sangrando (por rasguños, nada grave).
En ese momento, la única persona en la que podía confiar - la única persona con la que me sentía seguro, era mi abuela. Ella era la que me mantenía cuerdo durante todos esos momentos, y la que me enseñó a no ser como el resto de mi familia. Ella no tenía nada que ver con mi familia - de hecho es tan solo una amiga de la familia que me cuidaba a veces de chiquito - por lo que siempre estaba por fuera de los problemas familiares.
Esa vez sabía muy bien que no podía llamar a la policía. Mis viejos me lo tenían terminalmente prohibido. Estaban muy asustados de que mi hermano caiga en cana, a pesar de lo que me hacía. Por lo que terminé yendo a la casa de mi abuela ese día, en donde ella me recibió, me hizo algo de comer, me dejó usar su baño para limpiarme la cara, y me dejó quedarme ahí hasta que me sintiera bien. La verdad es que en serio no podría estar más agradecido con ella por todo eso.
A Ana la dejé de ver una vez comencé el secundario, en parte porque no encontraba el momento, y en parte porque el ILSE me hacía mierda con los exámenes y las notas, por lo que no me daba la cara para ir a verla. Aunque fue en pandemia cuando verdaderamente la dejé de ver. Esos años fueron los peores de mi vida, ya que me sentía acorralado por todos mis problemas. Y no lo podía hablar con nadie por la vergüenza.
Bueno, me cansé de hablar. La idea era nomás contar lo que ocurrió esa vez que me escapé de casa y porqué es que quiero tanto a Ana, pero me voy mucho de las ramas. Creo que voy a finalizar nomás dando un pequeño pantallazo de cómo es el panorama actual.
Actualmente tengo casa, aunque esta sigue en construcción y no tiene, por ejemplo, ducha, por lo que todos los días tengo que ir al laburo de mi vieja a bañarme. Asimismo, mi hermano actualmente vive solo - desde hace un tiempo de hecho. Y los problemas más fuertes hoy en día son de salud, puesto que mis viejos viven estresados y están engordando un montón, y de plata, porque mi viejo quedó desempleado - como ya conté - porque mi vieja no está pudiendo laburar por la inflación, y porque a mi hermano le robaron 300 mil dolares (no suyos), y porque mis viejos asumieron la deuda, además de la culpa, por él. Por esto es que están viendo de vender sus propiedades, aunque tampoco están seguros todavía. Dicho esto, probablemente todo se resuelva bien y pronto, pero cansa una bocha vivirlo, y como dije, siento que me pasa todo por encima y ya no sé cómo se supone que debo reaccionar.
Gracias Ana por mantenerme cuerdo todo este tiempo, te adoro. <3
Ah y si estás leyendo esto Guille, te quiero una bocha también.