Yo creía que P. Craig Russell era un dibujante perfecto, pero no. Con la lectura de este libro descubrí que tiene una debilidad y eso es lo que hace que no le de a esta obra una nota perfecta: no es bueno ilustrando escenas de batalla, a veces tan importantes en este tipo de relatos. El otro pecado de esta adaptación es que por momento parece demasiado operática a la hora de establecer los diálogos entre los personajes, principalmente cuando se dan las resoluciones finales. Sin embargo, no puede negarse el extraordinario talento que hay detrás de estas páginas, una obra que carece de atractivos comerciales pero que hace la tarea a la hora de entretener con una obra de contenido tan denso.