Fue una lectura obligatoria para el colegio, pero la verdad terminé disfrutándolo más de lo que esperaba.

La primera parte me parece excelente, pero en la segunda me pareció que decaía un poco y se ponía aburrido. El comienzo y el final de la segunda parte es genial, pero hay un gran tramo en el medio que se arrastra interminablemente.

No suelo leer poesía (de hecho jamás leo poesía), pero admiro la capacidad del autor de hacer que cada estrofa rime, y de transmitir tanto con tan pocas palabras. Es un libro triste, y lo transmite efectivamente. Creo que todos deberían darle una oportunidad; por algo es un clásico (y se merece la clasificación).